Ruido.Noise.

El ruido nos destruye cuando está dentro de nosotros.
No nos deja escuchar.
No nos deja hablar.
No nos deja respirar.
Hace invisibles a los demás.
Espero, en el silencio, escuchando tu voz, cogido de tu mano, volver a encontrar la paz, volver a encontrar el silencio.

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The noise destroys us when it is within us.
Do not leave us listen.
Do not leave us talk.
Do not leave us breathe.
It makes invisible the others.
I hope, in silence, listening to your voice, taking your hand, go back to find peace, to rediscover silence.

El viento. The wind.

Esta noche el viento es fuerte y frio.
Lo escucho desde nuestra cama.
Choca contra la ventana, construye millones de ruidos sin sentido.
Que casualidad, hace poco te dije que me gustaba el viento, escucharlo afuera, mientras me siento en casa protegido a tu lado.
Hoy, que estoy sólo, me parece triste y siniestro.
Me he dado cuenta que hay muchas cosas que sólo me gustan cuando estoy contigo.

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Tonight the wind is strong and cold.
I hear it from our bed.
It hits against the window, builds million senseless noises.
That coincidence, recently I told you that I liked the wind, hear it out, while I feel at home protected with you.
Today, that I’m alone, it seems to me sad and sinister.
I realize that there are many things that only I like when I am with you.

Silencio. Silence.

Música en todas partes: en las calles, en las salas de espera, en los supermercados, en las estaciones de tren, en los vagones del metro, en…
Obras maestras, de todos los tiempos, brotan de altavoces diminutos que nadie presta atención, pero que todos escuchamos.
Antiguamente, los amantes de la música realizaban penosos y largos viajes por caminos llenos de barro para poder saborear un poco de música, cuando sólo existía si alguien, con amor, era capaz de hacerla brotar de sus manos.
Ahora, es como una vacuna para el alma, corre por nuestras venas y debemos tener mucho cuidado para no volvernos, irremediablemente, inmunes a su magia.
Como decía el genial Glenn Gould, los músicos necesitamos de la soledad, del silencio incluso más que otras personas.
Amo el silencio, cada vez más.

Music everywhere: in the streets, the waiting rooms, the supermarkets, train stations, underground wagons, in…
All time masterpieces, appear from tiny loudspeakers that nobody pay attention, but that all people listen.
Formerly, the music lovers took laborious and long trips by full mud ways to be able to savor a little moment of music, when it only existed if, with love, somebody was able to make appear it of their hands.
Now, it is like a vaccine for the soul, runs by our veins and we must take a lot of care to not become, irremediably, immune to its magic.
As the brilliant Glenn Gould said, the musicians need the solitude, silence even more than other people.
I love silence, every time more and more.

Tiempo de verano. Summertime.

Tiempo para mirar sin prisa.
Para escuchar tu risa en las olas.
El sudor en mi frente, el hielo, con gusto a café, en tu boca.
Tiempo de despedidas dolorosas.
De aulas vacías.
De pensar en los que se van.
Tiempo de decir siempre «más tarde», «luego lo haré».
De grandes propositos y de pocos hechos.
De viejas partituras tocadas en iglesias olvidadas.
De dejar caer las horas.
De bosques encantados, de arena dorada bajo aguas cristalinas.
De senderos olorosos bajo nuestros pies cansados.
De escuchar la tormenta desde la cama.
De jugar contigo, de ser tu amigo.
De comprarte una bola sorpresa transparente.
De manchas con sabor chocolate en tu cara.
Tiempo de mirar el juego caprichoso del viento en tu cuerpo tendido al sol.
De mejillas encendidas, de piel canela.
De llaves de colegio perdidas, de bolígrafos guardados en el cajón.
De saborear abrazos y besos, de sentir el calor de vuestras manos.
Tiempo de querer más tiempo.
De no querer perderlo.
De perseguirlo, de creer tenerlo y de comprobar, una vez más, que el tiempo, cuando queremos atraparlo, se nos escapa como la arena entre las manos.

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Time to watch without haste.
In order to listen to your laughter in the waves.
The sweat in my front, the ice, with taste to coffee, in your mouth.
Time of painful goodbyes. Of empty classrooms.
To think about who goes away.
Time to say always «later», «soon I will do it».
Of great intentions and few facts.
Of old scores played in forgotten churches.
To let drop the hours.
Of enchanted forests, sand golden under crystalline waters.
Of perfumed footpaths under our tired feet.
To listen to the storm from the bed.
To play with you, of being your friend.
To buy a ball transparent surprise.
Of spots with flavor chocolate in your face.
Time to watch the capricious game of the wind in your body tended to the sun. Of ignited cheeks, skin cinnamon.
Of lost keys of school, ball-point pens kept in the drawer.
To savor hugs and kisses, to feel the heat of your hands.
Time to want more time.
Of not wanting to lose it.
To persecute it, to believe to have it and to verify, once again, that the time, when we want to catch it, escapes to us like the sand between the hands.

Nostalgia.

De pequeño, estuve enfermo. No podía respirar bien y el médico recomendó a mis padres que me llevaran a algún lugar con aire más puro.
Cada fin de semana y en vacaciones íbamos a Tolva, un pequeño y bonito pueblo del pirineo de Huesca.
Cuando paso ahora por allí, no puedo evitar sentir una profunda nostalgia:
Nostalgia de ser otra vez aquel niño de piel morena y pantalones cortos con las rodillas destrozadas por las caidas en bicicleta,
de corretear de noche con total libertad,
de espiar el cementerio y sus ruidos ocultos, y ver moverse sombras inexistentes,
de tener tabaco escondido en el hueco de un árbol,
de correr en bicicleta mientras me persigue Freddy, el perro de la calle del medio,
de volver a subir al carro tirado por mula de Chironi,
de tener una cabaña secreta de palos y paja,
de jugar otra vez a juegos ingenuos de besos robados,
de esconderme en el viejo corral bajo un saco,
de oler a tierra mojada desde mi ventana,
de enamorarme de una manera terrible, dolorosa y sin esperanza de aquella chica de ciudad,
de temblar con solo verla,
de morir con solo mirarla…
El pasado verano volví con mi familia y enseñé a Albert, mi hijo, los lugares en los que fuí tan féliz, sin saberlo, en mi infancia.
Comprobé con asombro que aquellas montañas no eran tan grandes, ni las cuevas tan oscuras, ni los bosques tan frondosos, ni el río tan profundo, como yo los veía entonces.
Sentí tristeza, mis ojos no son los de aquel niño de 10 años y, desgraciadamente, nunca, nunca más volveran a serlo.
Carpe diem.

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When I was a child, I was ill. He could not breathe well and the doctor recommended my parents who took me to some place with purer air.
Each weekend and in vacations we went to Tolva, a small and pretty town of the Pyrenean of Huesca(Spain).
When step now that way, I cannot avoid to feel deep nostalgia: Nostalgia of being again that short boy of brown skin and trousers with the knees destroyed by the falls ones in bicycle,
pursuing at night with total freedom,
to spy on the hidden cemetery and its noises, and to see move nonexistent shades,
to have tobacco hidden in a hollow of a tree,
to run in bicycle while it persecutes Freddy to me, the dog of the street of means,
to return to raise the car thrown by mule of Chironi,
to have a secret cabin of woods and straw,
to play ingenuous games of robbed kisses again,
to hide to me in the old corral under a coat,
to smell of earth wet from my window,
to enamor to me hopelessly with a terrible, painful way and of that girl of city, to shake with single seeing her,
to die with single watching her…
The past summer I returned with my family and I taught to Albert, my son, the places in which I was so happy, without knowing it, in my childhood.
I verified with astonishment that those mountains were not so great, neither the so dark caves, nor the so leafy forests, nor the so deep river, as I saw them then.
I felt sadness, my eyes are not those of that boy of 10 years old and, unfortunately, never, never they will return more to being it.
Carpe diem.

Primavera. Spring.

Una vez más, el ciclo se cierra.
Todo tiene sentido.
El frío nos vuelve introvertidos, reservados.
Nos encierra en nuestros cálidos refugios de algodón, lejos de su abrazo gris.
Oscurece nuestras miradas y nos recuerda nuestro inevitable final…
La primavera es otra cosa.
Es un canto al color, a la esperanza.
Despierta perfumadas pasiones, enciende nuestras mejillas.
Ilumina nuestros ojos con su nueva luz.
El hielo negro de nuestros problemas se derrite.
La tristeza huye por la ventana, abierta al sol de la tarde.
Y hay algo,
profundo y secreto,
que nos susurra al oído que la espina afilada que nos tortura puede,
algún día,
convertirse en una bella flor.

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Once again, the cycle is closed.
Everything has sense.
The cold returns us introverts, reserved.
It locks up us in our warm refuges of cotton, far from its gray hug.
Darkens our glances and remembers us our inevitable end …
The spring is another thing.
It is a color song, the hope.
It wakes up perfumed passions, ignites our cheeks.
Illuminates our eyes with its new light.
The black ice of our problems melts.
The sadness flees by the window, open to the afternoon sun.
And there is something,
deep and secret,
that whispers us to the ear that,
the sharpened thorn that tortures us can,
someday,
become it a beautiful flower.

Sueños. Dreams.

Una vieja costumbre que conservo desde hace años, es la de subrayar las frases que más me gustan mientras leo un libro.
Mirando un libro de Milan Kundera, uno de mis escritores preferidos, que leí hace mucho tiempo me he encontrado con esta:
«Lo más hermoso de los sueños son los increíbles encuentros de cosas y gentes que en la vida normal jamás se encontrarían»
A veces tenemos encuentros tan bellos y excitantes que no querríamos despertar, otras, terribles pesadillas que nos hacen sufrir.
Por ejemplo, esta noche he soñado que dos niños pálidos con pantalón corto ( parecían la versión masculina de las niñas gemelas de la película «El resplandor» de Kubrick…) corrían muy deprisa por mi habitación hasta detenerse muy cerca de mi cara, dice Mari que he chillado y ella me ha despertado. Ha sido horrible.
En otro artículo os hable de un sueño increíblemente agradable que a veces tengo repetidas veces.
Alguna vez sueño con música y como continuar una partitura, dicen que mientras dormimos nuestra mente es capaz de solucionar problemas y de tener nuevas ideas.
¿Por que ocurren los sueños?
Quizás nunca lo sepamos con certeza, de todas formas es bello pensar que cada noche ocurre en nuestra mente algo mágico y misterioso que no esta atado a normas ni a prejuicios.

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An old custom which I have been conserving for years, is to underline the phrases that I like more while I read a book.
Watching a book of Milan Kundera, one of my preferred writers, that I read long ago I have been with this:
“The most beautiful of the dreams is the incredible encounter of things and people who in the normal life never would be”
Sometimes we have so beautiful and exciting encounters that we would not want to wake up, others, terrible nightmares that make us suffer. For example, tonight I have dreamed that two pale children with short trousers (they seemed the masculine version of the twin children of the film “The Shining” of Kubrick…) ran very quickly around my room until stopping closely together of my face,Mari says that I have screamed and then she has waked up me. He has been horrible.
In another article I wrote you about an incredibly and pleasant dream that I have repeated times.
Sometimes, I dream with music and how to continue a score,the scientists say that while we are sleeping our mind is able to solve problems and to have new ideas.
So..Why the dreams happen?
Perhaps never we know it with certainty, in any case he is beautiful to think that,every night, it happens in our mind something magical and mysterious that It’s not tied to norms or prejudices.