Tiempo para mirar sin prisa.
Para escuchar tu risa en las olas.
El sudor en mi frente, el hielo, con gusto a café, en tu boca.
Tiempo de despedidas dolorosas.
De aulas vacías.
De pensar en los que se van.
Tiempo de decir siempre «más tarde», «luego lo haré».
De grandes propositos y de pocos hechos.
De viejas partituras tocadas en iglesias olvidadas.
De dejar caer las horas.
De bosques encantados, de arena dorada bajo aguas cristalinas.
De senderos olorosos bajo nuestros pies cansados.
De escuchar la tormenta desde la cama.
De jugar contigo, de ser tu amigo.
De comprarte una bola sorpresa transparente.
De manchas con sabor chocolate en tu cara.
Tiempo de mirar el juego caprichoso del viento en tu cuerpo tendido al sol.
De mejillas encendidas, de piel canela.
De llaves de colegio perdidas, de bolígrafos guardados en el cajón.
De saborear abrazos y besos, de sentir el calor de vuestras manos.
Tiempo de querer más tiempo.
De no querer perderlo.
De perseguirlo, de creer tenerlo y de comprobar, una vez más, que el tiempo, cuando queremos atraparlo, se nos escapa como la arena entre las manos.
Time to watch without haste.
In order to listen to your laughter in the waves.
The sweat in my front, the ice, with taste to coffee, in your mouth.
Time of painful goodbyes. Of empty classrooms.
To think about who goes away.
Time to say always «later», «soon I will do it».
Of great intentions and few facts.
Of old scores played in forgotten churches.
To let drop the hours.
Of enchanted forests, sand golden under crystalline waters.
Of perfumed footpaths under our tired feet.
To listen to the storm from the bed.
To play with you, of being your friend.
To buy a ball transparent surprise.
Of spots with flavor chocolate in your face.
Time to watch the capricious game of the wind in your body tended to the sun. Of ignited cheeks, skin cinnamon.
Of lost keys of school, ball-point pens kept in the drawer.
To savor hugs and kisses, to feel the heat of your hands.
Time to want more time.
Of not wanting to lose it.
To persecute it, to believe to have it and to verify, once again, that the time, when we want to catch it, escapes to us like the sand between the hands.