Me gustan los libros.
Tocar el papel caliente recien salido de la impresora con olor a tinta.
Me gusta el olor del papel, acariciar sus tapas mientras el suave viento de la tarde acaricia sus páginas.
Me considero un editor artesano, imprimo yo mismo mis partituras.
Puedo revisarlas constantemente y toco con mis manos cada una de las hojas de mis libros, que imprimo en papel color crema con portadas de dibujos a tinta negra, algunos muy antiguos.
He descubierto que tengo una obsesión con el agua. En muchas de mis portadas está presente.
Algunas veces me preguntan porque no envio mis libros por internet, no lo haré nunca.
Me gusta pensar que un libro es algo
vivo, que perdura en el tiempo. Muchas veces dormido en un armario y que despierta cuando alguien, con cariño, descubre el secreto que esconde a través de sus hojas.
El papel nos habla y esconde pequeños reflejos oscuros del alma de su autor.
Arriba teneis una de las portadas que más me gustan, la de mi partitura «El viejo pescador».
I like books.
To touch the hot paper just left of the printer with ink scent.
I like the scent of the paper, to caress his covers while the smooth wind of afternoon caresses its pages.
I consider a publishing craftsman, I print my scores myself.
I can review them constantly and I touch with my hands each one of the pages of my books, that I print in paper color cream with covers of black ink drawings, some very old.
I have discovered that I have an obsession with the water. In many of my covers it is present.
Some times, somebody asks to me because I send not my books by Internet, I will never do it.
I like to think that a book is something alive, that lasts in the time. Often slept in a closet and that wakes up when somebody, with affection, it discovers the secret that it hides through his pages.
The paper speaks and hides small dark reflections to us of the soul of its author.
Up you have one of the covers that I like more, of my score «The old fisherman».