Música en todas partes: en las calles, en las salas de espera, en los supermercados, en las estaciones de tren, en los vagones del metro, en…
Obras maestras, de todos los tiempos, brotan de altavoces diminutos que nadie presta atención, pero que todos escuchamos.
Antiguamente, los amantes de la música realizaban penosos y largos viajes por caminos llenos de barro para poder saborear un poco de música, cuando sólo existía si alguien, con amor, era capaz de hacerla brotar de sus manos.
Ahora, es como una vacuna para el alma, corre por nuestras venas y debemos tener mucho cuidado para no volvernos, irremediablemente, inmunes a su magia.
Como decía el genial Glenn Gould, los músicos necesitamos de la soledad, del silencio incluso más que otras personas.
Amo el silencio, cada vez más.
Music everywhere: in the streets, the waiting rooms, the supermarkets, train stations, underground wagons, in…
All time masterpieces, appear from tiny loudspeakers that nobody pay attention, but that all people listen.
Formerly, the music lovers took laborious and long trips by full mud ways to be able to savor a little moment of music, when it only existed if, with love, somebody was able to make appear it of their hands.
Now, it is like a vaccine for the soul, runs by our veins and we must take a lot of care to not become, irremediably, immune to its magic.
As the brilliant Glenn Gould said, the musicians need the solitude, silence even more than other people.
I love silence, every time more and more.