Desde siempre me ha gustado pasear por caminos con árboles.
Siento una agradable sensación de protección: los árboles son mis amigos, me protegen.
Nada malo va a suceder.
Las agitadas aguas de mi mente se calman, se serenan y me invade una paz limpia y clara.
A Mari le dan miedo.
Se sobresalta al más mínimo ruido del bosque.
Su mirada siempre alerta, su cuerpo en tensión.
Ella prefiere las escarpadas montañas de granito con sus lagos glaciares o teñidas de hierba por la que juegan los arroyos helados por el agua de nieve.
Tenemos que negociar: un día una excursión por un camino frondoso y otro a más de 2.000 metros donde sólo el granito y algún pino aislado pintan el paisaje y donde ella se siente tranquila.
A veces pienso que nuestras vidas encajan como las piezas de un hermoso puzzle: somos muy diferentes pero, a la vez, cada uno sin el otro se sentiría, por siempre jamás, incompleto.
Terriblemente incompleto.
From always I have liked to take a walk by ways with trees.
I feel an pleasant sensation of protection: the trees are my friends, protect to me.
Nothing bad is going to happen.
The anxious waters of my mind calm, they are calmed and it invades me a clean and clear peace.
To Mari they give fear her.
She is frightened to the minimum noise of the forest.
Always her alert glance, her body in tension.
She prefers the craggy granite mountains with their glacier lakes or dyed of grass on the frozen streams of snow water play.
We must negotiate: a day an excursion by a leafy way and another one to more than 2,000 meters where only the granite and some isolated pine paint the landscape and where she feels calm.
Sometimes I think that our lives fit like the pieces of a beautiful puzzle: we are very different but, simultaneously, each one without the other would feel, forever, incomplete.
Terribly incomplete.