Encantarias

Te adentras en el bosque.
La noche es cerrada y oscura, pero cálida y perfumada.
Sólo oyes el ruido de tus pasos sobre la maleza, pero, de repente, en la oscuridad de la noche, oyes una música lejana… y sorprendes a las Encantarías, las hadas bondadosas del Pirineo que habitan en los ríos.
Sin ser visto, fascinado por su belleza, disfrutas de sus danzas y alegres rituales, con mucho cuidado de que no te sorprendan, ya que, si lo hacen, cae sobre ti una terrible maldición…
https://www.youtube.com/watch?v=KgYKniY59Uo
Puedes descargar gratis esta partitura, 3er. movimiento de «El bosque encantado» en Free guitar duo scores with other instruments.

 

The Blue Hotel. Artie Traum.

Me ilusiona presentaros esta piececita, dulce y optimista, titulada «The blue hotel».
Os explico su historia.
Me tropecé con ella, hace pocos días, en la «Radio Swiss Jazz» y podríamos decir que fue un amor a primera vista…a pesar de su sencillez, tiene algo mágico que me seduzco desde el primer momento.
Empece a indagar por Internet sobre la obra y sobre su autor que la interpreta a la guitarra acústica, llamado Artie Traum (1943-2008).
La partitura, no existía, y está en You Tube, como no, y…oh sorpresa! sólo se había escuchado en 11 ocasiones.
Por lo que pensé que era una obra bastante desconocida y bien merecía el esfuerzo de escribir la partitura para guitarra clásica y grabarla…y aquí está.
Podrá serviros para pasar un rato agradable tocándola, dejando volar vuestros sentimientos… para vuestros alumnos, o para reenviarla a alguien que penséis que le puede gustar.

Podéis descargar gratis la partitura en Free classical guitar scores.
¡Espero que os guste! :-)

 

Tocar por placer

Si observamos con atención la motivación que mueve nuestras acciones cotidianas nos daremos cuenta que, la mayoría de ellas las realizamos, con un fin.
Trabajamos para vivir.
Estudiamos para conseguir un trabajo.
Hablamos para ser escuchados.
Cuidamos nuestro cuerpo para tener buen aspecto, buena salud, vivir más años…
En el caso de los músicos podríamos decir también…
Practico para tocar bien en el concierto.
Practico para conseguir un buen puesto de trabajo.
Practico para aprobar mi diploma.
Practico para mantenerme en forma.
Para, para, para…
Son todas intenciones loables, sin duda, está bien perseguir un objetivo, marcarse una meta que dirija y motive nuestros esfuerzos, pero…
Estoy profundamente convencido de que la música, para convertirse en Arte verdadero, debe de dejar de ser un medio para alcanzar un objetivo.
Debe ser una necesidad que nace de muy adentro.
El instrumento debe convertirse en un «órgano vital» del músico.
Sin tocar debe sentirse incompleto y cuando llega ese mágico momento de madurez,tocar  llega a convertirse en una necesidad,
como respirar, comer, dormir.
Las motivaciones materiales se diluyen, desaparecen…
y cada vez toca más por placer, por mero placer.
Por el placer de sentir sus manos sobre las cuerdas.
De llenar el silencio de belleza.
De sumergirse en cada sonido, en cada nota.
De dejar volar sus sentimientos entrelazados con los del compositor.
De imaginar, pensar, soñar mientras crea arte para nadie más que para sí mismo.
Hace ya muchos años que las obra completa adaptada para guitarra de Johann Sebastian Bach están siempre en mi atril.
Algunas de ellas las lleva tocando más de 30 años.
Una y otra vez las practico, las reviso, intento comprender, intento mejorar.
Y siempre hay algo nuevo que descubrir.
Su riqueza es inmensa.
Estoy convencido que en la obra de Bach están las grandes preguntas de la vida y también sus respuestas.
Luz, oscuridad, día, noche, alegría, tristeza, tensión, distensión…está todo presentado de una manera absolutamente genial.
Su música habla directamente al corazón, en un lenguaje misterioso y profundo, de extraordinaria riqueza.
Nunca las preparo para interpretarlas en concierto, y no me importa.
Me siento muy afortunado.
Dedico mi vida a una profesión, a un instrumento, que me llena, que me hace feliz.
Sí, creo que las toco sólo por placer, y…estoy seguro que el Gran Maestro debió de sentirlo de una manera muy profunda también escribiéndolasJosé Antonio Chic (4)

Arriesgarse

Todos, absolutamente todos, tenemos puntos fuertes y talentos.
Tenemos sueños, aspiraciones.
Pero si examinamos nuestra vida, día a día, nos damos cuenta que nuestra manera de pensar, hablar y de obrar no expresan, demasiado a menudo, esos sueños, esos ideales.
Y seguimos navegando en esa falsa comodidad, dejándonos «arrastrar» por la vida, más que viviéndola.
Lo peor que puede sucedernos es que los días, primero se conviertan en meses,luego en años…
Dejando siempre para más adelante las decisiones que sabemos que debemos tomar y, en algún momento triste, muy triste, miremos hacia atrás y pensemos qué fue de nuestros ideales, donde fueron nuestros sueños, en definitiva, qué fue de nuestra vida…
Somos como los peces que no pueden comprender el agua al estar sumergidos en ella.
Por lo general carecemos de una apreciación real de quienes somos en realidad.
Cada uno nosotros es una curiosa y preciosa mezcla de habilidades, talentos, puntos fuertes, conflictos y debilidades.
Para descubrirlos necesitamos estar muy atentos, escucharnos, observarnos y para eso hace falta tiempo para estar consigo mismo y silencio…y lo que es más difícil,
arriesgarse.
Arriesgarse a equivocarse, a tropezar, a tener que empezar de nuevo, a dar marcha atrás, a romper con lo que nos impide avanzar.
Las personas realmente extraordinarias, son como las polillas.
Persiguen luces brillantes y lejanas , incluso si eso supone de vez en cuando salir con alguna que otra quemadura.
Así que…¡ahí están!
¿No los ves?
Son tus sueños, tus ideales.
Todas esas cosas que siempre has querido hacer y nunca te has atrevido.
Te están mirando desde la otra punta de la habitación, en el armario.
¿A qué esperas para levantarte de tu cómodo sillón para recogerlas?
polilla en la luz