Apuntes del curso «Convivir con los demás» (II)

Cuando surge una emoción negativa hay que, simplemente observarla y mirarla como si fuera un invitado ya que no forma parte de nuestra naturaleza auténtica.
En vez de recrearnos y justificarla con argumentos mentales, debemos interrumpir, con la atención plena, la cascada de pensamientos que la sostienen.
En cuanto lo conseguimos, la emoción se debilita y, finalmente, desaparece.

Concierto en Dag Shang Kagyu

Algunas imágenes del mágico e inolvidable concierto que realicé el pasado 9 de agosto de 2016 en el Templo del Monasterio Budista Dag Shang Kagyu, un lugar con un profundo significado para mi.
Fue un gran regalo poder compartir cena y meditación con el Monje Karma Tenpa, una persona muy importante en mi trayectoria personal y espiritual.

 

Pensamientos de verano (VI)

Acepta tu pasado.
Ya va siendo hora que lo mires de frente, que lo abraces.
Que destierres las antiguas penas, que aceptes los viejos errores.
Sabiendo que, incluso en los momentos más confusos y contradictorios de tu vida, siempre ha habido un anhelo por tu parte de hacerlo lo mejor posible, de cuidarte, de acompañarte, de evitar el dolor propio y ajeno, de buscar la auténtica felicidad.
Es ese pasado el que te ha conducido a donde estás ahora.
No olvides que éste «ahora», el que estás construyendo momento a momento, será muy pronto tu «pasado».
Cada problema lleva dentro el germen de su solución.
Cada emoción conflictiva encierra una valiosa información de quien eres y qué es lo que deseas, una invitación a superarte.
Cada día la vida te regala una página en blanco.
Ahora tienes la oportunidad de construir un pasado mejor para tu futuro.

Pensamientos de verano (V)

Todo se lo debemos a otros.
Cuando nacemos, dependemos de la generosidad y calidez de los más cercanos.
Nuestras necesidades físicas, la ropa que llevamos, la comida que comemos, los objetos que usamos a diario…son obra del trabajo de cientos, de miles de personas sin rostro procedentes de las más diversas y lejanas partes del mundo.
Cada objeto que te rodea, cada sorbo de agua, cada bocado de comida, cada prenda de ropa, cada comodidad tecnológica que hace tu vida más sencilla y placentera, está impregnada de su trabajo, algunas veces hecho con amor y justamente remunerado y otras, hecho por la necesidad básica de subsistir, con gran esfuerzo e injustamente remunerado.
Que maravilloso sería si, sólo por un momento, pudiéramos conocer los rostros anónimos que hay detrás de cada cosa, descubrir su historia, cuales fueron las motivaciones y los anhelos que pusieron esas personas al construirlo.
Todo está conectado.
Aire, sol, agua, fuego…todos los elementos entrelazados y un sin número de personas han hecho posible que tú y yo podamos ahora mismo comunicarnos a través de esta pantalla.
La interdependencia de las cosas lo abarca todo.
Tú mismo eres en cada momento, muchas veces sin saberlo, parte necesaria y fundamental para el desarrollo de la vida de los demás.
Por lo tanto, la frase «A mi nadie me ha regalado nada» es tremendamente errónea y contradictoria.
Cada momento es un regalo.
Abre bien los ojos y el corazón.
Verás el hilo dorado que nos entrelaza a todos con la energía desbordante e inabarcable de la naturaleza.

Cuando ya no esté

Búscame en el vasto cielo azul, sin límites
Búscame en la dorada arena, dormida en la playa
En la ligera brisa nocturna que te acaricia furtiva
En el cálido sol del otoño que inesperadamente te abriga
En la dulzura del alba sobre la inmensa llanura
En el agua sobre la tierra seca
En las interminables noches blandas
En las puras estrellas errantes
En las sombras furtivas, bajo tu ventana
En el calor sigiloso sobre tus manos
En el suave aliento trémulo entre tus labios
Búscame en los días pasados
En los que vendrán
En las despedidas largas
En lo que te dije
En lo que no te dije
En el silencio que todo lo abarca y comprendre
En el silencio que todo lo sabe
Allí te estaré esperando
nostalgia

Pensamientos de verano (IV)

Somos vasos comunicantes.
Lo que nos une es un anhelo profundo de alcanzar la felicidad y de evitar el sufrimiento.
Todos, ricos y pobres, sencillos y poderosos, altos y bajos, grandes y pequeños… tenemos en común esta aspiración profunda.
Compartimos, además, una pequeña porción de «algo»  muy profundo y valioso.
Alma, energía, espíritu, consciencia, constante mental…es tan difícil de definir, que todos los esfuerzos humanos para abarcarlo con las palabras resultan casi inútiles.
Es extremadamente precioso, noble, luminoso, puro y bondadoso.
Hay momentos mágicos, cuando conseguimos aminorar la marcha, abrir de verdad los ojos, prestar atención, dejándonos llevar por nuestra parte más genuina y auténtica en que, traspasados por su luz, podemos experimentar un pequeño atisbo de lo que es.
Oculto por las ilusiones, las emociones, el deseo desmesurado, nuestras contradicciones, nuestras continuas distracciones, espera ser descubierto y despertado.
Por lo tanto, ya que todos compartismo el mismo tesoro, el concepto de amigos y enemigos,  es tremendamente absurdo y contradictorio.
Todos somos uno.