Un viaje a las profundidades

Nuestra vida es como un océano, siempre cambiante.
Normalmente, solamente somos conscientes de lo que sucede en la superficie. Vemos el movimiento del agua, las corrientes, percibimos las brisas tranquilas y los vientos agitados, pero a menudo olvidamos, que dentro de nuestra vida, como en el océano, hay aguas profundas, que no se ven a simple vista, y están todavía por explorar.
Podemos bajar a las profundidades de nuestra vida a través de la meditación, donde encontramos grandes espacios de calma, donde podemos ver con claridad lo que realmente sucede.
Con la meditación, aprendemos a observar.
A observar los pensamientos, las emociones cuando empiezan a nacer en nosotros.
A dar un paso atrás y escucharnos a nosotros mismos, sin juzgarnos, simplemente estando atentos al lenguaje que empleamos, al tono de voz, a lo que decimos.
Comparar cómo le hablamos a una persona respecto a otra.

Nuestra práctica es cambiar realmente todo lo que nos daña y daña a los demás.

¿Por qué nos enfadamos con aquellos que no hacen lo que queremos? ¿Por qué nos apegamos obsesivamente a otras personas?
Es así debido a nuestra ignorancia mental y nuestras tendencias habituales.
Hay como una niebla oscura que nos impide ver con claridad y nos conduce, una y otra vez, a caer en la trampa de las emociones perturbadoras.
Todo puede cambiarse.
Para cambiar, necesitamos estar conscientes, alertas y esforzarnos mucho.
Cambiar los hábitos mentales y emocionales implica determinación, constancia y un gran esfuerzo.

Nadie puede hacer el cambio por nosotros, somos los únicos responsables de que suceda, nos pueden guiar, darnos ánimo, pero lo hemos de materializar nosotros.
Tenemos que observar en profundidad lo que hacemos, para decidir en nuestra vida lo que es importante y lo que no, y simplificarla.
Para cambiar, necesitamos también renunciar.

Renunciar es observar nuestra vida y nuestras actividades y reconocer lo que es contraproducente para nuestro camino, lo que nos aparta de él, lo que favorece el crecimiento de emociones negativas y decir…” No me interesa continuar con esto, no más”.
La buena noticia es que, la mente, es muy maleable y puede ser entrenada.
Practicando la meditación, con constancia, casi sin darte cuenta, podrás lentamente cerrar viejos caminos oscuros, para abrir nuevos, que te conducirán a descubrir tu naturaleza más auténtica, que siempre ha estado ahí, llena de luz, bondad y felicidad.
¿A qué estás esperando?

Nueva descarga gratuita: libro «Donde no muere la hierba»

Queridos amigos, me ilusiona presentaros la descarga gratuita de la versión electrónica (PDF) de mi libro «Donde no muere la hierba».
Con prólogo del prestigioso maestro Hopkinson Smith, es una recopilación de artículos, reflexiones breves y poesía que tratan sobre variados temas: el sentido de la vida, la búsqueda de la felicidad, la naturaleza, el amor, la música, la pedagogía, las relaciones con los demás, la espiritualidad…etc
El libro refleja mi particular visión del mundo y de la vida.
¡Espero que os guste! :-)
Descarga gratuita del libro «Donde no muere la hierba». J. A. Chic (PDF)

Vídeo del taller «Generando emociones positivas a través de la meditación musical guiada»

Me alegra compartir con vosotros el vídeo del taller «Generando emociones positivas a través de la meditación musical guiada» que realicé en la III Jornada para personas con cáncer y sus familias, organizada por la AECC de Lleida.
Fue para mi un momento mágico…
¡Espero que os guste! :-)
(Está en castellano)

Taller «Generando emociones positivas a través de la meditación musical guiada»

Muy contento e ilusionado con participar en la III Jornada para pacientes con cáncer y sus familias que organiza la AECC en el salón de actos de la Diputació de Lleida el próximo día 9 de febrero de 2019.
Lo haré con el taller «Generando emociones positivas a través de la meditación musical guiada».
¡Inscripciones gratuitas! :-)

Convertir lo ordinario en extraordinario.

Hace ya algunos años que tuve la gran fortuna de descubrir la práctica de la meditación de la mano del buen amigo y maestro Karma Tenpa en el monasterio budista Dag Shang Kagyu.
Desde entonces, la practico de manera constante a diario y es muy bello poder afirmar que siento como, poco a poco, de manera silenciosa y profunda, va cambiando mi vida.
Con la meditación, aprendemos a anclarnos en el momento presente, lo cual produce una relajación fantástica, muy agradable, y cultiva una paz gozosa, fresca y atemporal.
Nos ayuda a contactar con nosotros mismos, a descubrir nuestra auténtica identidad, quiénes somos y cómo funcionamos.
A descubrir que, en la atención plena, siempre nacen el amor y la compasión hacia los demás.
No meditamos para estar aislados y desconectados del mundo, al contrario, lo hacemos para abrirnos a las necesidades, al dolor de los demás, y poder ser así más útiles.
Cultivamos la sabiduría, no la intelectual, sino la más profunda, la que conoce cómo son realmente las cosas, la esencia pura y luminosa de la mente.
Meditar es aprender a soltar, a soltar todo lo que no es esencial, a ser una persona simple.
El objetivo es llegar a un estado mental pacífico para observar como surgen las emociones y las pautas habituales cuando están empezando a desarrollarse, de esta manera somos libres, podemos decidir si queremos seguir los pensamientos o no, y podemos adoptar entonces, con total lucidez, la mejor decisión.
Una de las cosas más extraordinarias que me ocurre, gracias a la meditación, es que, cuando consigo estar serenamente anclado en el momento presente, todo lo ordinario se convierte en extraordinario: el brillo del sol, el olor de la hierba, el viento helado, el destello del agua, la perfumada brisa… y, sobretodo, la extraordinaria riqueza que encierran las personas con las que me tropiezo a diario.
Sí, la meditación, me abierto los ojos al mundo.
Y no sólo al mundo, sino al gran tesoro que todos tenemos dentro esperando ser descubierto.