¿Os ha ocurrido alguna vez que una música os llega tan adentro que no podeís soportarlo, tanto, que pensaís que lo que sentís no puede ser sólo de este mundo?
A mi me ocurre cuando escucho el IV movimiento de la Serenata para cuerdas de Dvorak.
Es de una tristeza profunda y dolorosa pero, también de una belleza hipnótica, envolvente; al escucharlo pienso que es una pequeña muestra de algo que me supera, que va más alla…que no puede ser solo obra de este mundo.
Tengo un pensamiento oscuro: ¿Habrá algo más alla después de la muerte?
No lo sé, pero hay «algo» o «alguien» detrás de esta música y ese «algo» o «alguien» está reflejado, quizás de una manera mínima, en esta música y en lo que siento.
Es la grandeza del Arte, hace que nos sintamos orgullosos de pertenecer a la raza humana y a la vez pequeños por no saber de donde proviene tanta belleza.
Escúchalo, quizás a tí te ocurra lo mismo.
It has happened to you sometimes that a music arrives to you so inside that you can not to support it, as much, that you think that what you feel cannot be only of this world?
It happens to me when I listen to IV movement of the Strings Serenade of Dvorak.
It is deep and painful but, also of hipnotic beauty, surrounding sadness; when I listening to it I think that it is a small sample of which it surpasses to me, that goes more away … than it cannot be single work of this world.
I have a dark thought: Will be something more after the death?
I do not know it, but there is «something» or «somebody» behind this music and that «something» or «somebody» is reflected, perhaps of a minimum way, in this music and in which I feel.
It is the greatness of the Art, causes that we feel proud to belong to the human race and simultaneously small by not knowing from where comes as much beauty.
Listen it, perhaps it happens to you the same.