Una vez más, el ciclo se cierra.
Todo tiene sentido.
El frío nos vuelve introvertidos, reservados.
Nos encierra en nuestros cálidos refugios de algodón, lejos de su abrazo gris.
Oscurece nuestras miradas y nos recuerda nuestro inevitable final…
La primavera es otra cosa.
Es un canto al color, a la esperanza.
Despierta perfumadas pasiones, enciende nuestras mejillas.
Ilumina nuestros ojos con su nueva luz.
El hielo negro de nuestros problemas se derrite.
La tristeza huye por la ventana, abierta al sol de la tarde.
Y hay algo,
profundo y secreto,
que nos susurra al oído que la espina afilada que nos tortura puede,
algún día,
convertirse en una bella flor.
Albert y yo hemos dado la bienvenida a la primavera con nuestra primera salida en bicicleta del año.
Siempre es un día muy especial y quiero compartirlo con vosotros.
Para ver las fotos click aquí.
Once again, the cycle is closed.
Everything has sense.
The cold returns us introverts, reserved.
It locks up us in our warm refuges of cotton, far from its gray hug.
Darkens our glances and remembers us our inevitable end …
The spring is another thing.
It is a color song, the hope.
It wakes up perfumed passions, ignites our cheeks.
Illuminates our eyes with its new light.
The black ice of our problems melts.
The sadness flees by the window, open to the afternoon sun.
And there is something,
deep and secret,
that whispers us to the ear that,
the sharpened thorn that tortures us can,
someday,
become it a beautiful flower.
Albert and I have given the welcome to the spring with our first exit in bicycle of the year.
It is always a very special day and I want to share it with you.
To see our pictures click here.