Imagina un plácido paseo por el campo una soleada tarde de otoño.
Te sientes sereno, tranquilo y en paz.
De vez en cuando, algún pensamiento perturbador aparece en tu mente… entonces el viento, el sol, los aromas de la naturaleza, apartan los malos presagios y te retornan de nuevo a la calma y a tu sensación de bienestar.
Así veo yo esta obra genial del gran compositor del barroco francés, François Couperin.
Escrito en forma de rondó, el tema principal es como un «mantra» sanador que aparta las tensiones armónicas que se generan en las diferentes estrofas.
¡Tiene mucha magia y misterio esta obra!
A mi me gusta mucho…espero que a ti también.