El secreto de la eterna juventud.

Estoy en la cocina, me dispongo a hacer una ensalada.
Enciendo la televisión, están emitiendo el magazine «Para todos la 2», programa bastante interesante, algunas veces.
Agarro la lechuga y empiezo a cortarla mientras anuncian al invitado de turno, hoy es  Carlos López-Otín, Catedrático de bioquímica y biología molecular de la Universidad de Oviedo, uno de las eminencias científicas que ha participado en el remarcable estudio «Las nueve claves del envejecimiento» que será publicado en breve.
Empiezo a cortar los pepinos, mientras el Sr. López-Otín empieza a disertar sobre el ADN, el envejecimiento molecular …bla. bla, bla.
Yo sigo a lo mio: «destripando» un tomate, que ya no envejecerá más y que espero que no sienta nada mientras lo hago.
….la esperanza de vida se ha duplicado por cuatro…
No es que me importe un pimiento, pero es su turno precisamente, a cachitos muy pequeños…chas, chas.chas.
…con el tiempo los mensajes neuronales se vuelven confusos…
Sin ninguna confusión, voy a por una lata de atún,
-...la ciencia es mucho más prudente sobre la intervención en el envejecimiento de los «radicales libres» de hecho se acaba de descubrir que pueden ser incluso beneficiosos para el organismo.
¡Caray! Siempre había oído lo contrario.
Por primera vez miro la televisión, este señor está empezando a caerme bien…
…el equilibrio celular es extremadamente complejo, pensad que estamos intentando descifrar un proceso de más de 3000 años de evolución y cualquier intervención puede entrañar peligrosas consecuencias.
¡Y tanto! Sigue, sigue, que cada vez estoy más de acuerdo contigo.
La entrevista está llegando a su fin, y el entrevistador quiere ponerle la guinda al pastel con su última pregunta:
-¿Qué consejo principal nos daría para mantenernos jóvenes?
Se ha hablado del chocolate, del té verde…¿cual sería la mejor manera, según su estudio?
Me acerco a la tele y subo el volumen con las manos pringadas de aceite.
-Sí, sí, eso del chocolate negro y el té verde, está muy bien… me gustan y son alimentos sanos como muchas otras cosas, pero, mucho más eficaz que eso es una vida dedicada a los demás, un estudio muy, muy reciente, que me ha impactado profundamente, ha demostrado que el pensar más en los demás que en uno mismo, desencadena cambios genéticos, inmunológicos y celulares altamente beneficiosos. 

Los entrevistadores, lo miran, yo lo miro, y seguramente pensamos que es, por inesperada, la más preciosa respuesta que he oído dar a un científico sobre la longevidad.
En efecto: ser buena persona, llevar una vida rica y plena, no encerrada en uno mismo sino abierta a los demás, es el secreto de la eterna juventud y, añadiría yo, de la auténtica felicidad.

 

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