Después de algunas noches sin dormir por el ruido olvidado del tráfico y el calor, finalmente, mis ojos han dejado de buscar las montañas.
El cemento gris vuelve a apoderarse de nosotros.
Afortunadamente, hemos almacenado horas de sol en dulces tardes de verano y nuestros ojos, sin remedio, olvidarán el verde de los árboles y reconocerán de nuevo los tejados anaranjados como su hogar.
Muy pronto la niebla los cubrirá y la mirada los buscará desorientada en un manto gris.
Ha sido un buen verano, quizás el mejor.
Fuego y hielo, y la música siempre presente.
Hemos pisado las cenizas del Teide, en la isla volcánica de Tenerife y la nieve, sorprendente y altiva, del mes de agosto en el pirineo.
Ganas de regresar, de empezar de nuevo, de tejer otra vez los hilos que dan sentido a nuestra vida.
Me gustaría que fuesen de colores brillantes y dorados.
Y de enlazarlos con nuevas formas, de hacerlos más resistentes a los afilados dientes del aburrimiento y la monotonía.
Con la esperanza que, entre las notas de mi música y en mi mirada, pueda intuirse, al menos, una mínima parte de toda la belleza que he contemplado.
After some nights without sleeping by the noise forgotten the traffic and the heat, finally, my eyes have let look for mountains.
The gray cement returns to seize of us.
Luckyly, we have stored hours of sun in sweet afternoons of summer and our eyes, without remedy, will forget the green one the trees and will again recognize the orange tile roofs like their home.
In a moment the fog will cover them and the glance will look for them disoriented in a gray mantle.
It has been a good summer, perhaps the best one.
Fire and ice, and always present music.
We have stepped on ashes of the Teide, in the volcanic island of Tenerife (Canary Islands) and the snow, surprising and arrogant, of the month of August in the Pyrenean one.
Desire to return, to begin again, to again weave the threads of which they give sense to our life.
I would like that they were of shining and golden colors.
And to connect them with new forms, to make them to the sharpened teeth of the boredom and monotony more resistant.
With the hope that, between notes of my music and in my glance, can be intuited, at least, a mini part of all the beauty that I have contemplated.