Para cultivar un amor estable que resista los vaivenes de la vida, necesitamos reducir nuestra sensibilidad a lo que los demás piensan de nosotros y la manera en que nos tratan.
La «recompensa” por amar a los demás, no es que los demás, a cambio nos amen, sino sentirnos simplemente complacidos y satisfechos de dar amor.
Sí, tienes mucha razón… el amor incondicional, pero a veces nos cuesta tanto desprendernos de ese intercambio, si doy yo espero recibir lo mismo, que nos dejamos perder el amor de esas personas que nos quieren sin esperar nada a cambio, y nos centramos en los que no nos han correspondido.
A mi me gustaría poder ser más amable con los que me rodean y no esperar que todo el mundo vaya a actuar igual que lo hago yo.
Amar por amar, simplemente porque me apetece, porque te quiero y nada más.