Una tarde gris. A gray afternoon.

Estoy en mi clase, es una tarde gris de otoño.
El viento helado sopla afuera;  en el atril, un sencillo estudio de Fernando Sor.
Una y otra vez mi alumno se equivoca en los mismos lugares, yo repito las mismas palabras de cada semana.
Sus torpes dedos, confusos,  intentan encontrar las notas, fracasan continuamente por la falta de practica.
El tiempo pasa despacio, muy despacio.
La música, en vano, intenta conquistar su alma sin conseguirlo.
La guitarra intenta en mostrarle con su bello sonido que vale la pena el esfuerzo.
Todo es en vano, empieza a hablarme de sus cosas: de lo feliz que es corriendo por el campo, jugando con sus amigos, de lo que disfrutó en una fiesta…su pensamiento, como siempre, está en otra parte.
Intento entender qué hacemos allí los dos, y me cuesta mucho esfuerzo pensar que no estoy perdiendo el tiempo.
De repente, mientras él me habla, empiezo a pensar en la tarde fría, en la gente que estará ahora mismo trabajando al aire libre, en la que está en casa por que no encuentra trabajo, en las familias que no pueden salir adelante por la crisis, en los millones de personas en todo el mundo que estarán realizando un trabajo monótono, que odian y que se verán obligados a hacer toda su vida por un sueldo mísero…y entonces, me acuerdo de cual es mi deber en este momento y en lo afortunado que soy por poder dedicarme a la música, a la enseñanza, a la guitarra.
Sonrío;  pienso «GRACIAS»,  y vuelvo con energía a mi misión: a mis consejos, a mis frases…
gris

I am in my class, is a gray autumn afternoon.
The icy wind blowing out;  on the stand, a simple study from Fernando Sor.
Again and again my student makes a mistake in the same places, I repeat the same words every week.
His clumsy fingers, confused, trying to find the notes, continually failing for lack of practice.
Time passes slowly, very slowly.
Music, in vain, tries unsuccessfully to win his soul.
The guitar tries to show him his beautiful without success.
Everything is in vain, he begins to talk of other things:  how happy he was running around the field, playing with friends, than he enjoyed at a party … his thoughts, as always, are in other places.
I try to understand what we are doing here, and it costs me much effort to think I’m not wasting time.
Suddenly, while he speaks,  I start thinking about the cold afternoon, the people who now will be working outdoors, are at home because can not find job, families who are suffering by crisis, the millions of people around the world who will be doing a monotonous job that hate and will be forced to do it all them life for a miserable wage … and then I remember what  is my duty in this time and how lucky I am to be able to work in music, teaching, in the guitar.
I smile, I think «THANKS», and come back with energy to my mission: to my advices, my words …

El silencio. The silence.;

Estuve con mi familia en el Port de la Bonaigua, en el Pirineo.
Había mucha nieve, algo excepcional para esta época del año.
El paisaje era majestuoso, enormes montañas que parecían pintadas de blanco por una mano celestial, sobre un cielo azul nítido y claro.
La nieve brillaba con sus miles de estrellas bañada por el sol, todo era de una gran belleza pura y blanca.
Sin embargo no fue esto lo que más me impresionó, fue el silencio.
Un silencio absoluto, rotundo, demoledor.
No se oía nada, absolutamente nada, ni un pájaro, ni un insecto…la naturaleza en absoluto silencio ante mis ojos.
Me pareció un bien precioso, muy valioso, purificador.
La naturaleza siempre me ha fascinado con sus miles de voces, esta vez, me mostró otra parte de su riqueza, la nada, el vacío.
Hubiera estado horas y horas escuchando allí sólo el silencio, dejándolo penetrar como un bálsamo dentro de mi.

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I was with my family at the «Port de la Bonaigüa», in the Pyrenees
There was a lot of snow, something exceptional for this time of year.
The scenery was majestic, huge mountains that seemed whitewashed by a heavenly hand, on a crisp, clear blue sky.
The snow was shining with its thousands of stars bathed by the sun, everything was beautiful in a pure white.
But this was not what impressed me, it was the silence.
A silence absolute, unqualified, devastating.
You could not hear nothing, absolutely nothing, not a bird or an insect … nature in absolute silence in front of my eyes.
I thought it was a precious good, valuable, purifier.
Nature has always fascinated me with its thousands of voices, this time, it showed another part of its wealth, nothing, emptiness.
He had been there for hours just listening to the silence, leaving it penetrate inside me like a balsam.

El mejor tesoro. The best treasure.

Un sorprendente sol de primavera inunda el mar, el aire.
Paseamos sin prisa, hablando, disfrutando del tiempo como un regalo.
Mari recoge del suelo pequeñas conchas, cristales de colores preciosos, pulidos por las olas y por la sal del mar, que nos invade con su brisa.
De repente, Mari la ve: es una botella verde flotando que, mansamente, se acerca, mecida por las olas, hacia nosotros.
-¡Lleva un mensaje dentro!,dice Mari.
La botella, cuidadosamente sellada, contiene un misterioso papel blanco.
Los dos decidimos que lo mejor será abrirla en casa, cuando Albert regrese de su excursión.
¿Será un mensaje de socorro?
¿Un plano de un tesoro?
Quizás…
La curiosidad crece mientras Albert mira con emoción como Mari la rompe en nuestra cocina para rescatar el mensaje oculto.
Lo abrimos: es una broma de unos niños jugando a piratas.
Mari y Albert contemplan el mensaje un poco decepcionados, mientras yo los miro y pienso que el mejor tesoro del mundo, para mi, está ahora precisamente delante de mis ojos.

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A surprising spring sun flooded in the sea air.
We talk a walk, without hurry, talking, enjoying the time as a gift.
Mari collects small shells, precious stained-glass polished by the waves and the salt of the sea, that grips us with its breeze.
Suddenly, Mari sees a green bottle floating, docily, towards us, rocked by the waves.
-It has a message inside!, says Mari.
The bottle, carefully sealed, contains a mysterious white paper.
We decide that the best would be open it at home, when Albert back of his excursion.
Will it be a distress message?
A plan of a treasure?
Maybe …
Curiosity grows while Albert looks with emotion as Mari  breaks it in our kitchen to rescue the hidden message.
Finally, it is a joke of some children playing pirates.
Mari and Albert contemplate the message a little disappointed, I look at them and think that the best treasure of the world, for me, is now just in front of my eyes.

El regreso. The return

Después de algunas noches sin dormir por el ruido olvidado del tráfico y el calor, finalmente, mis ojos han dejado de buscar las montañas.
El cemento gris vuelve a apoderarse de nosotros.
Afortunadamente, hemos almacenado horas de sol en dulces tardes de verano y nuestros ojos, sin remedio, olvidarán el verde de los árboles y reconocerán de nuevo los tejados anaranjados como su hogar.
Muy pronto la niebla los cubrirá y la mirada los buscará desorientada en un manto gris.
Ha sido un buen verano, quizás el mejor.
Fuego y hielo, y la música siempre presente.
Hemos pisado las cenizas del Teide, en la isla volcánica de Tenerife y la nieve, sorprendente y altiva, del mes de agosto en el pirineo.
Ganas de regresar, de empezar de nuevo, de tejer otra vez los hilos que dan sentido a nuestra vida.
Me gustaría que fuesen de colores brillantes y dorados.
Y de enlazarlos con nuevas formas, de hacerlos más resistentes a los afilados dientes del aburrimiento y la monotonía.
Con la esperanza que, entre las notas de mi música y en mi mirada, pueda intuirse, al menos, una mínima parte de toda la belleza que he contemplado.

After some nights without sleeping by the noise forgotten the traffic and the heat, finally, my eyes have let look for mountains.
The gray cement returns to seize of us.
Luckyly, we have stored hours of sun in sweet afternoons of summer and our eyes, without remedy, will forget the green one the trees and will again recognize the orange tile roofs like their home.
In a moment the fog will cover them and the glance will look for them disoriented in a gray mantle.
It has been a good summer, perhaps the best one.
Fire and ice, and always present music.
We have stepped on ashes of the Teide, in the volcanic island of Tenerife (Canary Islands) and the snow, surprising and arrogant, of the month of August in the Pyrenean one.
Desire to return, to begin again, to again weave the threads of which they give sense to our life.
I would like that they were of shining and golden colors.
And to connect them with new forms, to make them to the sharpened teeth of the boredom and monotony more resistant.
With the hope that, between notes of my music and in my glance, can be intuited, at least, a mini part of all the beauty that I have contemplated.

Nostalgia.

Tolva

De pequeño, estuve enfermo. No podía respirar bien y el médico recomendó a mis padres que me llevaran a algún lugar con aire más puro.
Cada fin de semana y en vacaciones íbamos a Tolva, un pequeño y bonito pueblo del pirineo de Huesca.
Cuando paso ahora por allí, no puedo evitar sentir una profunda nostalgia:
Nostalgia de ser otra vez aquel niño de piel morena y pantalones cortos con las rodillas destrozadas por las caidas en bicicleta,
de corretear de noche con total libertad,
de espiar el cementerio y sus ruidos ocultos, y ver moverse sombras inexistentes,
de tener tabaco escondido en el hueco de un árbol,
de correr en bicicleta mientras me persigue Freddy, el perro de la calle del medio,
de volver a subir al carro tirado por mula de Chironi,
de tener una cabaña secreta de palos y paja,
de jugar otra vez a juegos ingenuos de besos robados,
de esconderme en el viejo corral bajo un saco,
de oler a tierra mojada desde mi ventana,
de enamorarme de una manera terrible, dolorosa y sin esperanza de aquella chica de ciudad,
de temblar con solo verla,
de morir con solo mirarla…
El pasado verano volví con mi familia y enseñé a Albert, mi hijo, los lugares en los que fuí tan féliz, sin saberlo, en mi infancia.
Comprobé con asombro que aquellas montañas no eran tan grandes, ni las cuevas tan oscuras, ni los bosques tan frondosos, ni el río tan profundo, como yo los veía entonces.
Sentí tristeza, mis ojos no son los de aquel niño de 10 años y, desgraciadamente, nunca, nunca más volveran a serlo.
Aprovecha el momento. Carpe diem.

When I was a child, I was ill. He could not breathe well and the doctor recommended my parents who took me to some place with purer air.
Each weekend and in vacations we went to Tolva, a small and pretty town of the Pyrenean of Huesca(Spain).
When step now that way, I cannot avoid to feel deep nostalgia: Nostalgia of being again that short boy of brown skin and trousers with the knees destroyed by the falls ones in bicycle,
pursuing at night with total freedom,
to spy on the hidden cemetery and its noises, and to see move nonexistent shades,
to have tobacco hidden in a hollow of a tree,
to run in bicycle while it persecutes Freddy to me, the dog of the street of means,
to return to raise the car thrown by mule of Chironi,
to have a secret cabin of woods and straw,
to play ingenuous games of robbed kisses again,
to hide to me in the old corral under a coat,
to smell of earth wet from my window,
to enamor to me hopelessly with a terrible, painful way and of that girl of city, to shake with single seeing her,
to die with single watching her…
The past summer I returned with my family and I taught to Albert, my son, the places in which I was so happy, without knowing it, in my childhood.
I verified with astonishment that those mountains were not so great, neither the so dark caves, nor the so leafy forests, nor the so deep river, as I saw them then.
I felt sadness, my eyes are not those of that boy of 10 years old and, unfortunately, never, never they will return more to being it.
Carpe diem.