Acerca de José Antonio Chic

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Apuntes del curso «El camino interior» (II)

«Y ahora retírense en respetuoso silencio a descansar, probablemente nos veamos mañana…no olviden que es sólo una posibilidad»
(Genial frase con que despedía la meditación nocturna el monje Karma Tempa, nos hacia reflexionar siempre sobre la importancia de vivir con intensidad el momento presente y la fragilidad de la existencia humana)

Sobre el dolor (I)

Una de las principales causas de nuestro sufrimiento es la no aceptación de la naturaleza cambiante y perecedera de las cosas.
Todo, absolutamente todo, cambia, evoluciona, desaparece.
Desde que nacemos nos aferramos a la vana ilusión de que ésto no suceda.
Buscamos continuamente estabilidad, permanencia, seguridad.
Primero buscamos cobijo en el regazo de nuestra madre, luego nos alimentamos para gozar de buena salud, luchamos por conseguir un trabajo estable, una pareja estable, una vivienda segura…
Nada permanece.
La único permanente en la vida es el cambio.
La difícil aceptación de ésta realidad puede mitigar el dolor que acompaña irremediablemente muchos momentos de nuestra existencia.
Afortunadamente, nos queda la gran esperanza de que la esencia más íntima y valiosa de nosotros mismos,
repleta de bondad, calidez y de los más nobles sentimientos,
sobreviva para fundirse en el Amor más absoluto y sublime,
origen y fin de todo pensamiento,
que lo envuelve todo,
que lo abarca todo.

Partitura gratis para dúo de guitarras

Me alegra presentarte el segundo movimiento de mi obra “Escenas fantásticas para dos guitarras” titulado «El camino de pensar» en la profunda versión de Ana Cambra y Eva Pons.
Es una obra serena y expresiva inspirada en un precioso sendero del Pirineo por el que suelo pasear en soledad y dejar volar mis pensamientos al caer la tarde.
Puedes descargar la partitura completa en Free guitar duo scores.

Apuntes del curso «El camino interior» (I)

(Texto-plegaria bellísimo, que recitábamos al iniciar la meditación nocturna, rodeados de los sonidos de la Naturaleza)
Que todos los seres sean felices y creen las causas de la felicidad.
Que todos los seres se liberen del sufrimiento y no creen las causas del sufrimiento.
Que encuentren la noble felicidad que el sufrimiento no puede manchar.
Que alcancen la compasión universal e imparcial, más allá del prejuicio mundano de amigos y enemigos.
Todos los seres hasta donde alcanza el espacio puedan ser felices, estar libres del sufrimiento y alcanzar rápidamente el insuperable, perfecto y completo bienestar.
Con este propósito hasta que alcance la budeidad emplearé mi cuerpo, palabra y mente con virtud.
Desde hoy hasta la misma hora de mañana emplearé mi cuerpo, palabra y mente con virtud.

Sigilosamente.

Sigilosamente llegó la tristeza.
Su tenaza gris y oscura.
¿Entró quizás escondida en el ruido del tráfico por la ventana?
¿Me esperaba acaso agazapada en el asfalto?
¿Confundida en el oscuro alquitrán?
La tristeza es siempre carencia de algo o de alguien.
¡Mi alma me lo decía!
A pocos centímetros, mi corazón,
no supo escuchar,
no quiso escuchar.
Necesité dejar fuera el ruido,
alzarme sobre el ruido,
el ruido que interrumpe,
que separa,
que aísla.
Comprendí mi soledad en el instante en que pronunciaste mi nombre.
Y te sentí lejos… borrosa imagen que apenas adiviné, distante.
Entre la agonía de mi confusión vi tu mano abierta,
esperando la mía.
Brillar tus ojos,
como faros encendidos,
en la noche incierta.
Me vi, por fin, reflejado en ellos,
caminando a tu lado bajo la dulce luna de otoño.
Y las aguas se calmaron.
Y se disipó la niebla.
volvió entonces la felicidad secreta.
mano en la niebla

New free classical guitar score

Me ilusiona presentarte mi nueva obra «Homenaje a Emilio Pujol».
Es una obra serena y expresiva, en la que intento plasmar el carácter profundo, romántico y bondadoso del Maestro.
Puedes descargar la partitura en Free Classical Guitar Scores.
http://www.youtube.com/watch?feature=player_detailpage&v=i9S0n-ugdlA

 

Curso «El camino interior» por Karma Tenpa

Del 8 al 11 de agosto de 2013, tuvimos la gran fortuna de asistir al Curso “El camino interior: el arte equilibrado entre la sabiduría y la compasión” en el Monasterio Budista de Panillo impartido por el monje Karma Tenpa.
Aunque Mari y yo somos cristianos practicantes, y era la primera vez que asistíamos a este tipo de actividad, no nos costó conectar con la profunda espiritualidad de la meditación budista y el viaje interior que nos propusieron, hacia nuestra naturaleza más profunda que contiene la parte más genuina, rica y bondadosa de nosotros mismos.
Han sido días de silencio, de quietud, de descubrimiento de un profundo y auténtico bienestar, que compartimos con un numeroso grupo de personas, al igual que nosotros, en búsqueda de la felicidad de una vida más rica y plena.
Me gustará compartir con vosotros más adelante, las frases de gran belleza y apuntes que fui tomando durante el curso.
MeditandoCon Karma Tenpa

Un pequeño paraíso.

Si me conoces, seguramente ya sabrás, que una de mis aficiones preferidas es la pesca con mosca de la trucha, siempre, por supuesto, con el método de captura y suelta.
La pesca, con el paso del tiempo, se ha ido convirtiendo más bien en una excusa para sumergirme en el agua, sentirme en comunión con la naturaleza, mientras escucho, siento, percibo la inigualable sinfonía de colores y sonidos que me rodean.
Disfruto con intensidad de éste, mi momento de serenidad y de soledad, junto a los árboles frutales que jalonan el río y las montañas altivas al fondo.
Soy, por naturaleza, una persona metódica y desde que me enamoré de él, hace ya más de quince años suelo visitar el mismo tramo de río Noguera Ribagorzana del Coto de Piñana.
Es un sitio muy poco conocido y raramente coincido con otros pescadores…hasta hace unos días.
Me disponía a disfrutar de unas horas de pesca y cual fue mi sorpresa al encontrar un todo terreno, último modelo, aparcado al lado del río.
Miro a mi alrededor y…¡caray!
Mis queridos tramos están ocupados por otros pescadores.
Vienen de lejos, creo ver el escudo de la Comunidad de Madrid, equipados a la última: trajes transpirables, gafas polarizadas, red en la espalda…
Las últimas riadas los han obligado a refugiarse en mi querido río, uno de los pocos que mantiene sus aguas puras y cristalinas, reguladas por el embalse de Santa Ana, que todavía no se ha visto obligado a abrir compuertas.
¡Que fastidio! -pienso- adiós al día de pesca.
Más bien desanimado y sin esperanza me dirijo a la cañada tranquila donde suelo empezar a pescar.
Por él, el río transcurre sereno y tranquilo en múltiples canales y un brazo principal que es el que suelo transitar que hoy está, de manera excepcional, ocupado.
Sin salida, sin opciones, miro a mi alrededor…y entonces lo veo.
Un pequeño y estrecho canal donde las aguas fluyen rápidas entre altas cañas con el espacio justo para pasar.
No me lo pienso dos veces: está claro que hoy no será el día de pescar,
quizás lo sea de explorar.
Me introduzco poco a poco con cuidado, la corriente es rápida, la vegetación densa.
Empiezo a saborear la aventura.
Poco a poco, las cañas, permanente metáfora de las preocupaciones en mi cerebro, van cediendo, haciéndose menos densas, me permiten ser penetradas con más facilidad,
el espacio se abre,
el sol de la tarde brilla sobre el agua.
juega a crear estrellas sobre su superficie.
Y abro los ojos (los del corazón) y miró pasmado lo que tengo delante.
Una especie de «cueva» de vegetación dentro de la cual transcurre sereno,
transparente,
en calma por fin,
como un espejo,
el río.
Imposible pescar ahí, demasiada vegetación.
Las aguas reflejan su verde techo, creando un efecto mágico.
Justo al principio, unas rocas repletas de musgo parecen pronunciar mi nombre.
Admirado, no lo dudo un instante: suelto la caña, me olvido de la pesca y me siento en ellas y miro,
saboreo el momento sin prisa,
con los sentidos alerta,
intento sólo mirar,
no pensar,
sólo mirar.
Mientras el tiempo se detiene,
el agua pura y fría,
acaricia mis piernas.
Acababa de descubrir un pequeño paraíso gracias a lo que me pareció,
en principio,
un infortunio.
Como en la Vida, muchas veces necesitamos que algo o alguien,
rompa nuestras rutinas,
trastoque nuestros esquemas,
obligándonos a levantarnos de nuestro cómodo sillón,
para descubrir nuevos canales,
nuevas salidas,
que quizás,
puedan conducirnos a nuevos parajes,
momentos preciosos,
emociones intensas,
que ni siquiera sospechamos.
My beautiful picture

Fuegos y emociones.

Hay veces que cuando siento ciertas emociones, pienso que somos como los peces, que no pueden comprender el agua, al estar sumergidos en ella desde su nacimiento.
Somos, en gran parte, desconocidos para nosotros mismos.
Todos sentimos emociones agradables: alegría, júbilo, amistad, amor, serenidad, paz pasión…y desagradables: angustia, miedo, ira, decepción…provocadas generalmente por nuestra propia y singular percepción de nuestro entorno.
En el prodigioso arte de conocerse y amarse a sí mismo, todas las emociones, absolutamente todas, encierran una poderosa información de quienes somos en realidad.
Negarlas es cómo negarse a sí mismo: tiene siempre consecuencias desastrosas.
Cada una de ellas encierra una preciosa semilla que nos habla de donde venimos, hacía donde vamos, cuales son nuestros deseos, frustraciones, cualidades, defectos, puntos fuertes, conflictos y debilidades.
Conocerse es el primer paso para mejorarse.
Vigilarse es necesario para conocerse.
Los ojos del corazón deben estar siempre abiertos y alerta, monitorizando nuestros sentimientos, observándolos a una cierta distancia, analizándolos, extrayendo su información preciosa.
Mientras los fuegos artificiales iluminan con colores de ensueño el Castillo de Lleida anunciando el fin de la Fiesta Mayor de mayo,
una profunda e inexplicable nostalgia me invade.
¿Por qué?
Cierro los ojos y…¡entonces lo veo!
Soy yo mismo,
muchos años atrás,
con una guitarra en el portaequipajes,
mirando,
por la ventana de un tren,
los mismos fuegos,
el mismo castillo,
los mismos brillantes colores.
Me reconozco mucho más joven,
con la mirada triste,
perdida,
mientras la oscura nube de la añoranza
se va adueñando de mi corazón
mientras el tren se aleja.
Fuegos Artificiales Castell de Lleida